Año tras año, el día de Eid-ul Adha va y viene. Anticipándose ansiosamente a este bendito día, los animales se eligen y se compran cuidadosamente. A partir de entonces, en el día de Eid, la cuchilla se coloca en la garganta de los animales y se sacrifican rápidamente mientras se menciona el nombre de Al’lah Ta’ala y el Takbir resuena a su alrededor.

El sacrificio de los animales de Qurbani es el punto culminante de Eid-ul Adha, y todo musulmán, que tenga los medios, debe llevarla a cabo con entusiasmo y pasión. Sin embargo, detrás del sacrificio hay un mensaje profundo para la umma de Rasulul’lah ﷺ : el mensaje de sumisión.

El sacrificio del día de Eid, en realidad, es una conmemoración del gran sacrificio que nabí Ibrahim (alayhis salam) estaba dispuesto a hacer para complacer a Al’lah Ta’ala. Al’lah Ta’ala había ordenado a Ibrahim (alayhis salam) que sacrificará a su pequeño hijo, nabí Ismail (alayhis salam). Siendo padre, y siendo Ismail (alayhis salam) su propio hijo, podemos imaginar bien las emociones que habrían pasado por el corazón de Ibrahim (alayhis salam) en ese momento.

Sin embargo, tal fue su sumisión, y la sumisión del joven, Ismail (alayhis salam) también, que estaba preparado para cumplir el mandato de Al’lah Ta’ala, y su hijo declaró de manera similar:

“¡Oh, padre mío! Haz lo que te ha sido ordenado; encontrarás, Insha Al’lah, que seré de los pacientes”.

[sura: Saffat, aleya: 102]

Ibrahim (alayhis salam) luego colocó la cuchilla en la garganta de su hijo, pero Al’lah Ta’ala, envió inmediatamente un carnero desde el Yannah (Paraíso), y este carnero fue sacrificado en lugar de Ismail (alayhis salam).

Esta fue quizás una de las pruebas más difíciles a las que se enfrentó Ibrahim (alayhis salam), pero mostró sumisión total y pasó la prueba con gran éxito.

Cuando examinamos la vida de Ibrahim (alayhis salam), encontramos que pasó por numerosas pruebas, pero frente a cada desafío, mostró sumisión total ante la orden y el deseo de Al’lah Ta‘ala.

Cuando su padre no aceptó su invitación de abrazar el Islam y persistió sobre su Kufr (incredulidad), hizo el sacrificio de dejar a su padre y a su familia. Cuando fue bendecido con un hijo a la avanzada edad de aproximadamente noventa años, Al’lah Ta’ala le ordenó que tomara a su esposa y al bebé y los dejara solos en el abrasador desierto de la Meca Mukarramah, un lugar que estaba desolado, sin vegetación y agua, y estaba completamente deshabitado. A partir de entonces, cuando su hijo alcanzó la edad en que podía moverse, se le ordenó que lo sacrificara.

Estas fueron solo algunas de las pruebas que enfrentó Ibrahim (alayhis salam), pero sin importar cuál fuera la prueba, siempre expresó una sumisión inquebrantable. Nunca, ni por un momento, se mostró reacio o descontento con el mandato de Al’lah Ta’ala. En el Glorioso Corán, Al’lah Ta’ala elogia el alto nivel de sumisión que mostró Ibrahim (alayhis salam) diciendo:

“Y [recuerden] cuando le dijo su Señor: ‘Entrégame tu voluntad’, respondió: ‘Le entrego mi voluntad al Señor del Universo’”.

[sura: Baqarah, aleya: 131]

Este es el mensaje del sacrificio en el día de Eid: el mensaje de sumisión ante el mandato de Al’lah Ta’ala. Cuando Ibrahim (alayhis salam) expresó sumisión total ante Al’lah Ta’ala, entonces Al’lah Ta’ala le otorgó tal honor y aceptación que fue seleccionado para construir la sagrada Kabah, el centro de guía para la humanidad hasta el Día de Quiyamah.

En el día de Eid, mientras se sacrifican nuestros animales, cada uno de nosotros debe reflexionar y meditar qué nivel de sumisión hemos mostrado al sacrificar nuestros deseos personales para cumplir con el mandato de Al’lah Ta’ala. Una es la sumisión en nuestras acciones, como cumplir con nuestras obligaciones del Din y abstenernos de pecar, pero junto con esto, ¿también hemos sometido nuestros corazones y mentes ante Al’lah Ta’ala? ¿Estamos complacidos con el islam como nuestro Din y con la bendita sunna de Rasulul’lah ﷺ como nuestra cultura y forma de vida, o preferimos la cultura y las costumbres de los incrédulos y encontramos que su forma de vida es más atractiva? Esta es la prueba de fuego que determinará el nivel de nuestra sumisión.

Recuerda, cuanto más nos sometamos ante el mandato y el deseo de Al’lah Ta’ala, Él más nos recompensará, nos aceptará y nos elevará, en este mundo y en el próximo.

Este artículo fue preparado gracias a la colaboración de USWATUL MUSLIMAH.

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