Ammar Bin Yasir (radiyal’lahu anhuma) informa que en una ocasión un hombre fijo sus miradas sobre una mujer (mientras ella pasaba). Luego, al pasar cerca de una pared, él se raspó su cara con la pared. Después se acercó a Rasulul’lah ﷺ, mientras la sangre fluía por su rostro, y le dijo: “¡Oh, Mensajero de Al’lah ﷺ! Hice tal y tal cosa (es decir, le informó a Rasulul’lah ﷺ del pecado que había cometido y del daño que sufrió a partir de entonces)”. Rasulul’lah ﷺ le respondió: “Cuando Al’lah Ta’ala desea el bien para un siervo, adelanta el castigo de su pecado en este mundo. Sin embargo, cuando Él pretende lo contrario, retrasa el castigo de sus pecados, hasta que llegue el Día de Quiyamah y sea castigado por completo, como si fuera un Air (un significado de Air es un asno salvaje, es decir, así como un asno es cargado con equipaje, será cargado con el peso de todos sus pecados acumulados. La palabra Air también puede referirse a la montaña de Air en Medina Munawarah, es decir, sus pecados acumulados serán tan grandes como una montaña debido a su abundancia).” [Tabrani – Maymauz Zawaid #17426 y Al-Fat-hur Rabbani vol. 19, pág. 129] 

En el hadiz mencionado anteriormente, Rasulul’lah ﷺ explicó que cuando un creyente atraviesa alguna dificultad en este mundo, esa dificultad se convierte en un medio para que sus pecados sean perdonados. Esto es corroborado por otros hadices, como el siguiente hadiz de Aishah (radiyal’lahu anha) en el que Rasulul’lah ﷺ dijo: “No hay calamidad que aflija a un musulmán, excepto que Al’lah Ta’ala expía sus pecados a través de ella – incluso ser pinchado una vez por una espina (es decir, incluso una dificultad tan pequeña como ser pinchado una vez por una espina es un medio para que los pecados de uno sean perdonados)”. [Sahih Bujari #5640 y Mirqat vol. 4, pág. 19] 

¡Es tal la inmensa bondad de Al’lah Ta’ala que a lo largo de nuestras vidas continúa purificándonos de nuestros pecados para que nuestra carga de pecados sea más ligera en el Día de Quiyamah! 

Sin embargo, hay que tener en cuenta que afrontar las dificultades en este mundo no siempre se debe a los pecados. Más bien, para los piadosos siervos de Al’lah Ta’ala que se abstienen de pecar y se arrepienten constantemente ante Al’lah Ta’ala, las dificultades son un medio para elevar su rango en el Más Allá. 

Además, si estamos involucrados en cometer pecados, pero no estamos pasando por ninguna dificultad o prueba en nuestras vidas, entonces no debemos pensar que hemos escapado de las consecuencias de nuestros pecados. Más bien, esto debería hacernos sentir más preocupados y temerosos, ya que nuestros pecados en realidad se están acumulando para formar una carga mayor, una que puede destruirnos por completo si no nos arrepentimos y reformamos nuestras vidas a tiempo. 

De manera similar, nunca debemos envidiar a los incrédulos por las posesiones materiales de las que disfrutan (por ejemplo, mansiones, automóviles, dinero, vacaciones, ropa y otros lujos, etc.). Exteriormente, puede parecer que llevan una vida sin problemas, pero después de morir, no enfrentarán nada más que tormento y tortura eterna en el Más Allá. Este mundo material es su paraíso para disfrutar, mientras que es nuestra morada temporal en la que tenemos tiempo limitado para ganarnos nuestro Paraíso. 

Que Al’lah Ta’ala nos bendiga a todos con afiyah (facilidad y consuelo) en este mundo y en el próximo, amén.

Este artículo fue preparado gracias a la colaboración de USWATUL MUSLIMAH.

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