Había una vez un hombre rico sentado con su esposa y disfrutando de una comida de pollo asado. Mientras comían, llegó un mendigo (a la puerta) pidiendo algo. El marido (arrogantemente) despidió al pobre sin darle nada. 

La vida continuó y sucedió que este hombre rico perdió toda su riqueza e incluso se divorció de su esposa. Posteriormente, su esposa se volvió a casar con otra persona. Un día, ella mientras estaba sentada con su nuevo marido y comiendo exactamente lo mismo, llegó un mendigo (a la puerta). El marido (de buen corazón) le dijo a su esposa que tomara el mismo pollo que estaban disfrutando y se lo diera al pobre que estaba en la puerta. 

Cuando la esposa fue a darle de comer al hombre indigente, se sorprendió al encontrar a su anterior marido (parado en la puerta). Después de darle la comida, volvió donde su nuevo marido y le dijo que el mendigo en la puerta era su exmarido. Luego pasó a contarle el incidente ocurrido entre su exmarido y el mendigo durante su matrimonio anterior. Después de escuchar este incidente, el marido le dijo a su esposa: “Por Al’lah, soy ese mismo mendigo a quien él había rechazado con las manos vacías. Debido a su ingratitud, Al’lah Ta’ala me entregó su comodidad y a su esposa (y lo privó de ellas)”. [Wafayatul A’yan vol. 6, pág. 108] 

Lecciones:

  1. Las recompensas y favores de Al’lah Ta’ala que disfrutamos no son nuestros logros personales. Más bien, son pura Gracia y Misericordia de Al’lah Ta’ala que puede ser arrebatada en cualquier momento. Por lo tanto, en lugar de comportarnos con orgullo y arrogancia, debemos adoptar la humildad y el buen carácter como muestra de agradecimiento por haber sido bendecidos con estos favores. 
  2. Lo mejor que podamos debemos tratar de ayudar a los pobres y a los indigentes. Si no tenemos nada que ofrecerles, o no queremos ayudarlos por alguna razón válida, igualmente debemos hablarles con amabilidad y respeto. Nunca debemos menospreciarlos ni maltratarlos, ya que es muy fácil para Al’lah Ta’ala cambiar la situación del indigente y ponernos en su lugar.
Este artículo fue preparado gracias a la colaboración de USWATUL MUSLIMAH.
Un comentario en «Volverse las Tornas»
  1. Un buen ejemplo de la realidad de la vida, todo ser humano es igual, sea rico, pobre, blanco, negro, y todos merecen respeto, y buen trato. Este es un mensaje que sirve para que la gente tomen conciencia, de que en este mundo todos somos iguales, sin ninguna consideración. Gracias.

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